lunes, 1 de agosto de 2011

Es necesario realizar modificaciones legales en relación a la violencia familiar, afirma ministra


Lima, ago. 01 (ANDINA). La nueva ministra de la Mujer y Desarrollo Social, Aída García Naranjo, afirmó hoy que será necesario realizar modificaciones legales para sancionar la violencia familiar y reiteró que deben realizarse cambios en el Código Penal para considerar el feminicidio como un delito.

   Al asumir sus funciones, refirió que las modificaciones en el caso de la violencia familiar deberán ser elevadas al Ministerio de Justicia, y que luego se actuará intersectorialmente a fin de que se concreten.
   “Hay problemas con la normatividad en relación a la violencia en la familia y ello implicará modificaciones que serán elevadas al Ministerio de Justicia y se actuará intersectorialmente con ellos para esas modificaciones”, refirió.
   Sobre el feminicidio, indicó que “buscaremos modificaciones en el Código Penal para que sancione, para que se tipifique el delito del feminicidio, para que no sea considerado una celopatía"
   La ministra mostró también su preocupación por la baja representación política de las mujeres y dijo que ese es uno de los retos de la mujer peruana. “Las mujeres sólo representan el 3% de autoridades políticas, mientras que los hombres el 97%".
   "Queremos impulsar desde el Mimdes la cuota de género para los cargos públicos. Hoy día no hay ninguna presidenta regional, esto es una cifra regresiva porque en el año 2002 teníamos 4 presidentas regionales; por lo tanto tenemos que recuperar ese nivel de representación”, afirmó García Naranjo.
   En su discurso ante los trabajadores del ministerio, García Naranjo indicó que uno de los principales ejes de su gestión será la lucha contra la feminización de la pobreza en el país.
   García Naranjo afirmó que reducir la pobreza no implica tener un dólar más cada día, sino acabar con un conjunto de iniquidades que tienen que ver con una política más integral.
   Señaló que habiendo crecido por encima del 9% resulta inaceptable que en Puno se mueran los niños; que se vulneren a las mujeres de Ayacucho, Apurímac y Huancavelica a niveles aún de analfabetismo; así como el número masivo de embarazos adolescentes, condenando a ellas y a sus niños a posibilidades que significan la reproducción de la pobreza por más generaciones.
   Sobre los programas sociales, dijo que su deseo es que “las mujeres no sean sólo beneficiarias sino las protagonistas". "Me gustaría que sepamos revalorar que el Perú tiene 50 mil organizaciones femeninas, cifra sin precedente en América, sin embargo, las excluimos en la toma de decisiones

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