domingo, 21 de diciembre de 2014

Ola migratoria de niños centroamericanos desató crisis humanitaria en 2014


Los menores emigraron sin sus padres a EE.UU. por causa de la pobreza y la violencia.
 
 
Ola migratoria de niños centroamericanos desató crisis humanitaria en 2014
Foto: EFE
La pobreza y la violencia empujaron este año a miles de menores centroamericanos a emigrar sin compañía de adultos hacia Estados Unidos, provocando una crisis humanitaria que captó la atención mundial y movilizó a las autoridades de varios países.
Unos 68.000 niños de Guatemala, El Salvador y Honduras, principalmente, emprendieron una peligrosa travesía terrestre y lograron ingresar ilegalmente a Estados Unidos, muchos de ellos motivados por el deseo de reencontrarse con sus padres, residentes en aquel país.
Pero también la situación de pobreza y la urgencia de escapar al reclutamiento forzoso de las pandillas fueron factores determinantes de este flujo, que las autoridades estadounidenses definieron como una crisis humanitaria.
Los gobiernos de los países centroamericanos realizaron gestiones para que los menores no fueran deportados y que su situación la ventilara un juez migratorio.El 14 de noviembre, los presidentes de los tres países presentaron en Washington un plan denominado "Alianza para la Prosperidad en el Triángulo Norte", cuyo principal objetivo es combatir la pobreza y la violencia como medio de desestimular la emigración.
Este plan "marca un hito importante en la cooperación y en los esfuerzos trinacionales que desarrollamos" y "esperamos comenzar a implementar algunas medidas del plan el próximo año", declaró el canciller salvadoreño, Hugo Martínez.
En noviembre, Estados Unidos se comprometió a abrir un programa que permitiría a los inmigrantes regulares de estos tres países solicitar, bajo ciertas condiciones, el estatuto de refugiados para sus hijos solteros menores de 21 años.
Imparable migración
Analistas reconocen la importancia del Plan para la Prosperidad pero advierten que superar los rezagos que generan la pobreza y la violencia asociada de las pandillas llevará muchos años. "La migración no se va a detener mientras no se mejore la calidad de vida y se invierta en educación, salud, seguridad y mejoramiento de la economía", advirtió en Guatemala la directora de la Mesa Nacional para la Migración (Menamig), Julia González.
"En Guatemala no hay condiciones para vivir con tranquilidad y la situación es dramática para los niños y jóvenes. Lo que se da es una expulsión forzada porque no es una migración voluntaria", destacó la directora de Menamig.
A pesar de los peligros que supone el recorrido por tierra o mar, los padres en Estados Unidos pagan hasta 8.000 dólares a coyotes (traficantes de personas) para trasladar a sus hijos y sacarlos del peligro en que han caído sus comunidades de origen. La responsable de asuntos migratorios del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana (UCA), Karla Salas, advierte que el problema es grande y complejo porque la migración se ha convertido en un factor de sobrevivencia.
"Antes para la reunificación familiar se esperaba que el niño cursara el bachillerato, ahora han tenido que adelantar el proyecto migratorio porque los niños están siendo acosados por pandillas o sus familias están siendo extorsionadas porque sus padres se vuelven blanco perfecto por las remesas que mandan", explicó Salas.
Pero la migración tampoco salva de la violencia. "No hay un solo niño que regrese a Honduras ileso; todo niño que ha emigrado regresa con una cicatriz de violencia", lamentó en Honduras el director de Casa Alianza, Guadalupe Ruela. Además, la amenaza de la deportación está siempre presente. Las estadísticas de deportados vía aérea desde Estados Unidos, de enero a noviembre, llegaban a 110.320 entre los tres países. La cifra en igual periodo de 2013 fue de 102.609, según datos oficiales.
Complicado financiamiento
El Plan de la Alianza para la Prosperidad presentado en noviembre en la sede del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) está basado en cuatro pilares: emprendimiento y creación de empleo; seguridad, capacitación técnica y fortalecimiento institucional. Su objetivo es llevar fondos a los municipios de mayor migración.
Estados Unidos, se comprometió a colaborar con un monto no especificado y prometió estimular a organismos multilaterales para que brinden su ayuda y para que grandes empresas hagan inversiones estratégicas en poblados de mayor migración.
El analista y profesor universitario salvadoreño Roberto Cañas advirtió que el Plan para la Prosperidad es una "declaración de buenas intenciones" porque Estados Unidos no estableció montos de ayuda, que para ser liberada deberá sortear el camino del Congreso dominado por los republicanos. Para Cañas sería "injusto" que los tres países contraigan mayores deudas para atenuar un fenómeno migratorio en el que Estados Unidos tiene una "corresponsabilidad".

BAJADO DE http://www.elespectador.com/noticias/elmundo/ola-migratoria-de-ninos-centroamericanos-desato-crisis-articulo-533836

La técnica de Urresti, por Fernando Rospigliosi


    Fernando Rospigliosi
  • Fernando Rospigliosi
  • Analista político
 
Urresti no está haciendo casi nada para mejorar la seguridad, pero está trabajando mucho para aumentar su popularidad.
 
La seguridad ciudadana sigue empeorando en el Perú. Una de las pocas cifras confiables son las encuestas de victimización, que preguntan a los ciudadanos si han sido víctimas de un delito en los últimos doce meses. En el 2014 el Perú encabeza la lista en el hemisferio occidental: el 30.5 % fue víctima de algún delito, un empeoramiento con respecto al 2012, cuando la cifra fue 28.1 %, según el Barómetro de las Américas.
La última encuesta de Ipsos publicada por El Comercio apunta en la misma dirección, pues muestra que el 60 % cree que la seguridad está empeorando.
Es decir, a los ciudadanos nos va muy mal. Pero al ministro del Interior, Daniel Urresti, le va muy bien: es el más popular del gabinete y ya aparece en las encuestas de intención de voto para las presidenciales de 2016.
Su técnica es sencilla y eficaz: se dedica casi exclusivamente a promoverse mediáticamente usando el cargo que detenta, apareciendo en los operativos exitosos de la policía –en los otros no se acerca- como si él fuera el directo responsable de que las cosas se hicieron y salieron bien.
En un ambiente de estrés y miedo como el que se vive ante el avance de la delincuencia, mucha gente cree que “por lo menos está haciendo algo”. Eso explica, en parte, la incongruencia entre el deterioro de la seguridad y la popularidad del ministro.
La realidad es que Urresti no está haciendo casi nada para mejorar la seguridad, pero está trabajando mucho para aumentar su popularidad, con dos propósitos definidos. El primero, evitar que prospere el proceso que se le sigue por el asesinato del periodista de Caretas, Hugo Bustíos. De hecho, el fiscal superior está asustado y no toma ninguna decisión. Un individuo agresivo, con poder y popularidad, es difícil de sentenciar por un sistema judicial débil. El segundo, lograr un cargo electivo en el 2016.
Asimismo, está en su repertorio insultar a todos los que discrepan con él, aunque ahora también lo hace por encargo de la pareja presidencial. El último fue, como apuntó Mariella Balbi en El Comercio, “un ataque artero y vil por parte del ministro Urresti” a la ex procuradora Yeni Vilcatoma.
Otro elemento de la técnica de Urresti es la sistemática falsificación de cifras y logros, agrandándolos de manera desmesurada, aunque para eso tenga que trasformar el yeso en cocaína. Como algunos que observamos con detalle las cifras lo hemos desenmascarado varias veces, ahora se abstiene de anunciar números pero sigue haciendo ofertas que no cumple.
Las promesas sin fundamento, pero efectistas, son parte del método de Urresti. Cuando llegó al ministerio, ofreció llevar a todos los vehículos con papeletas al depósito gigante que en un mes iba a construir en Pachacamac. Prometió acabar con los centros de venta de autopartes robadas –San Jacinto incluido- en diciembre. Dijo que en un mes presentaba el proyecto de ley para prohibir las lunas polarizadas. Ahora dice que acabará con el crimen organizado en Trujillo para el próximo julio. Antes, cuando estaba a cargo de la minería informal, había ofrecido terminar con ese negocio en Puno y Madre de Dios. Y así hasta el infinito. Urresti simplemente confía en la mala memoria de la gente.
En materia de seguridad, el ministro está repitiendo su experiencia con la minería informal que lo catapultó a la fama al tiempo que fracasaba estrepitosamente. En efecto, lo esencial de la política del gobierno era formalizar a los informales. El resultado es que se han formalizado 5 de 300,000. En el mejor de los casos, 220, como ha sostenido, aunque sin mostrar evidencias, el ministro del Ambiente; es decir, el 0.07%. Ha disminuido en algo el uso del mercurio solo porque se ha reemplazado con cianuro. Y el oro ilegal ahora sale por Bolivia, que ha triplicado sus exportaciones de ese metal sin tener nuevas minas, como anota Miguel Santillana en el diario Gestión.
En suma, Urresti es un aprovechado imitador del estilo de Hugo Chávez, con las mismas desastrosas consecuencias de su inspirador: mucho ruido y pocas nueces.
Como ha señalado Carlos Basombrío en la revista Semana Económica, es una desgracia para el “país que, de nuevo, un aventurero, autoritario, imprevisible y sin escrúpulos tenga protagonismo en la política peruana”.
BAJADO DE http://elcomercio.pe/opinion/columnistas/tecnica-urresti-fernando-rospigliosi-noticia-1779734  21 de diciembre dle 2014