miércoles, 15 de diciembre de 2010

VRAE, Wikileaks y FFAA

jueves, 18 de noviembre de 2010

Seminario Nuevo Pacto Social: Infancia sin Castigo Físico

I Seminario Internacional sobre los derechos de las niñas, niños y adolescentes frente a la violencia social y legalmente aceptada.

El castigo físico y humillante es una de las principales formas de violencia contra la niñez. Según el Informe Mundial sobre la Violencia contra Niñas y Niños de las Naciones Unidas, en el mundo entre el 80% y 98% de niñas, niños y adolescentes sufren este tipo de castigo.
   En este contexto, se llevará a cabo el I Seminario Internacional sobre los derechos de las niñas, niños y adolescentes frente a la violencia social y legalmente aceptada "Nuevo Pacto Social: Infancia sin Castigo Físico" los días 29, 30 de noviembre y 1 de diciembre de 2010 en la Gran Unidad Escolar Alfonso Ugarte.
   El evento contará con la participación de Paulo Sérgio Pinheiro, Relator de los Derechos de la Niñez de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el Dr. Norberto Liwski, Director Ejecutivo de Defensa de Niñas y Niños (Internacional DNI) y ex vicepresidente del Comité de los Derechos del Niño.
   Alejandro Cussiánovich, experto en temas de niñez y docente de la Maestría de Política Social con Mención en Promoción de la Infancia de la Universidad de San Marcos, Fernando Pereira, Coordinador General de CECODAP, María Luz Gutierrez, representante de PANIAMOR Y representantes de las organizaciones de niños, niñas y adolescentes también formarán parte del seminario.

Los ejes temáticos serán:

1. Reconocimiento del castigo físico como una forma de violencia y su erradicación.

2. Prohibición legal del castigo físico y establecimiento de políticas públicas que garanticen su aplicación.

3. Hacia una sociedad libre de castigo físico y otras formas de trato humillante.

El evento está dirigido a funcionarios públicos, investigadores y especialistas en temas de infancia y adolescencia, representantes de organizaciones no gubernamentales, niñas, niños y adolescentes, y público en general interesado en la temática.

Publicado en:


http://www.savethechildren.org.pe/web/detalle_publicacion.php?v_id_pub=246&v_tip_pub=E&v_id_cat=6&idi=E&pai=17

miércoles, 27 de octubre de 2010

Polémica. Advierten desde el INAU y el Frente Amplio que desde los 13 años los menores de edad pueden ser juzgados

CDN advierte perjuicios sobre Uruguay si se baja la edad de imputabilidad

La propuesta de bajar la edad de imputabilidad genera polémicas y diversas interpretaciones. Para el Comité de los Derechos del Niño (CDN) de las Naciones Unidas, juzgar a los menores como adultos podría traerle perjuicios a Uruguay al estar rechazándose los acuerdos internacionales.

Matías Rótulo

Aclaración. Insisten en que existe un sistema penal para los menores de edad que delinquen.

"Deberían estar presos" dijo la semana pasada una señora a todos los informativos televisivos tras la crónica de un asalto ocurrido en Montevideo. Se trataba de "dos menores", según la crónica, que habían cometido un robo.
   Ayer, un diario tituló que "el 82% de los menores infractores es procesado por el delito de rapiñas" (diario "El Observador"). En la campaña electoral del año 2009 no quedó atrás este tema y se instaló como debate, particularmente entre blancos y frenteamplistas, donde los segundos se oponían a la propuesta de los primeros de bajar la edad de imputabilidad. Desde el Instituto del Niño y el Adolescente (INAU), el debate debería estar cerrado siendo que "el propio Código de la Niñez y la Adolescencia determina que se pueda privar de libertad y tomar medidas a menores de edad desde los 13 a los 18 años".
   Pero además de este debate "Uruguay tiene que revisar su propia situación interna, sus propias necesidades, y viendo la realidad de hoy, teniendo en cuenta los acuerdos firmados internacionalmente" tal como dijo ayer uno de los legisladores que apoyan la baja de la edad de imputabilidad, el colorado Fitzerald Cantero.
   Es que desde varios sectores sociales, y particularmente desde el CDN, se ve con preocupación que Uruguay adopte una medida similar a la de otros países en cuanto a la baja de la edad de imputabilidad. Una preocupación que no sólo atañe a cuestiones de "legalidad" o de "acuerdos" sino también al respeto de los derechos de niños, niñas y adolescentes en nuestro país.
  
Debate
El debate surgido por las propuestas desde algunos sectores políticos y las constantes apariciones del tema de la baja de imputabilidad así como las referencias a delitos cometidos por menores de edad en los medios de comunicación preocupan al CDN de nuestro país.
   Ayer, Luis Pedernera, del CDN, dijo a LA REPUBLICA: "Estamos viendo con preocupación que los temas de los delitos cometidos por adolescentes se magnifican en la prensa". Para quienes trabajar directamente con estos temas, la estigmatización de los adolescentes es una constante y particularmente en relación a los delitos ven "que hay una magnificación del asunto". Tanto en los medios de comunicación, como en la sociedad, así como a nivel político, el tema de la edad de imputabilidad "está todos los días sobre la mesa", explicó Pedernera y se "magnifica aún más a partir de las propuestas de sectores políticos al respecto" que proponen "bajar la edad de imputabilidad".
  
Proyectos
Varios proyectos están siendo estudiados a nivel legislativo, con el fin de bajar la edad de imputabilidad. "Nuestro proyecto lo que propone es bajar la edad para determinados delitos de sangre. No es para cualquier tipo de delito" explicó el diputado colorado Cantero. También existen otros proyectos presentados (como el del diputado nacionalista Luis Lacalle Pou, que propone que no se borren los antecedentes de los infractores una vez que cumplan la mayoría de edad), pero particularmente la propuesta que surge de filas coloradas se enfoca en que los menores sean juzgados como adultos en cuanto a determinados delitos, tal como explicó el legislador.
   En cuanto al proyecto del Partido Colorado "no es una cosa concreta para todos los muchachos que están infringiendo la ley, sino para aquellos que cometen delitos de sangre". "Nuestro partido, para apoyar esta ley, ha estudiado varios datos estadísticos que avalan que nuestro proyecto atiende una problemática real, pero sobre todas las cosas tenemos en cuenta que la gente está indefensa y hay un reclamo real", agregó. De todas formas "se está hablando de la sanción, pero en lo que debemos enfocarnos es en la reclusión, que tiene que ser específica y hoy es lo que está fallando".

Ya hay sistema
Pedernera dijo ayer que en nuestro país tenemos ya un sistema penal juvenil, y que "si se quiere mandar a los menores a cárceles de adultos, Uruguay debería comenzar a ver los caminos de denuncia al proceso por el cual cae un pacto internacional". Según Pedernera de ser así "Uruguay estaría violando los tratados sobre los Derechos Humanos, y pasaría a integrar el grupo de países junto con Somalia y Estados Unidos que no reconocen la Convención internacional de los Derechos del Niño".
   El director del INAU Jorge Ferrando explicó ayer a LA REPUBLICA que con respecto a la edad de imputabilidad insisten en que el Código de la Niñez y la Adolescencia "establece que desde los trece años, los infractores sean privados de libertad en caso que cometen faltas graves o gravísimas".
   Según el diputado Cantero "no es cuestión de recluir, sino de rehabilitar". Cantero dijo que "actualmente, el trabajo que realiza el INAU es insuficiente". "Yo mismo he comprobado que los menores internados en la Colonia Berro están 23 horas encerrados en una habitación", afirmó. Según Ferrando "es importante lograr un buen funcionamiento del sistema y llevar adelante las potestades que tenemos, sean tanto la libertad vigilada, asistida o la privación de libertad". Ferrando explicó que "si bien el actual sistema tiene fallas, se están realizando trabajos que apuntan a la rehabilitación". Resaltó que los "propios medios de televisión emitieron la semana pasada una serie de entrevistas que mostraban cómo es el trabajo de rehabilitación que se realiza en la Colonia Sarandí del INAU".

El rechazo del Frente Amplio
El diputado socialista Julio Bango, explicó ayer a LA REPUBLICA que "el propio programa del Frente Amplio se opone a la baja de la edad de imputabilidad" entendida como "que los menores vayan a cárceles de adultos". Bango está de acuerdo con Pedernera y Ferrando en cuanto a la existencia de un sistema actual, en el que desde el Código de la Niñez los menores infractores son imputables. "Es un error garrafal que se le dice a la opinión pública que los menores de edad no son punibles ya que se establece que desde los 13 años a los 17, en la existencia de un sistema penal juvenil, son puestos en manos de la Justicia". Dijo que "en Uruguay hay un régimen penal juvenil, separado del sistema penal de los adultos". Agregó "cuando desde el Partido Colorado se dice que en Chile se los juzga desde los 14 años es un error, porque allí también tienen un sistema penal juvenil, y de hecho aquí se los juzga desde los 13".
   Los cuatro partidos con representación parlamentaria coincidieron, en los acuerdos interpartidarios de este año al asumir un nuevo período de gobierno, que se creará un Sistema Nacional de Rehabilitación para menores infractores. Desde el Frente Amplio se acusa al Partido Colorado de "contradicciones" por apoyar la creación de este sistema en los acuerdos partidarios, pero a la vez promover en la opinión pública que "los menores son inimputables", algo que "en Uruguay es totalmente falso", tal como explicó el diputado Bango.

BAJADO DE
http://www.larepublica.com.uy/comunidad/429057-cdn-advierte-perjuicios-sobre-uruguay-si-se-baja-la-edad-de-imputabilidad

Soldado muere tras presunto ataque senderista a cuartel cerca de Tingo M...

miércoles, 13 de octubre de 2010

La violencia Juvenil desde la medicina

VIOLENCIA JUVENIL

La violencia, la agresión, las conductas violentas, constituyen un tema de una relevancia social indiscutible. Científicos de todos los campos han dedicado gran atención y esfuerzos a la compresión y explicación del fenómeno, con resultados tan limitados como polémicos.Son necesarios intervenciones globales dirigidas a la familia, el centro escolar, sin dejar de lado otras instancias. En cuanto a la familia, habrá que tratar de implicarla en el problema, tras procurarle la compresión del alcance del fenómeno.
   Hacer hincapié en el problema de la violencia escolar, debido a las últimas noticias que nos llegan de los medios de comunicación y por la magnitud de la situación. Además, la escuela junto con la familia constituye los más importantes agentes educativos y socializadores.
   Desde la perspectiva de la situación actual española, la pregunta relevante es: ¿estamos favoreciendo el aumento y la intensidad de los factores de riesgo de delincuencia o, por el contrario, favorecemos los factores positivos de socialización?. Factores como el incremento importante de la delincuencia adulta, el pertinaz fracaso escolar que se padece desde hace tiempo y las dificultades inherentes a la rápida llegada masiva de inmigrantes (lo que se ha hecho de modo gradual en otros países), constituyen factores que parecen vislumbrar más dificultades para el futuro.
   En la actualidad, por una serie de circunstancias casi siempre ambientales y en cualquier caso al margen de la voluntad de los propios menores, miles de adolescentes y jóvenes precisan un tratamiento educativo específico, adaptado a su problemática personal y social. Jóvenes que no al recibir la respuesta psicoeducativa que su situación demanda y a su debido tiempo, con frecuencia terminan «vagando por nuestras ciudades» y el resto de la sociedad siente amenazada la paz y la convivencia ciudadana por su presencia «descontrolada» en las calles.
   Estos jóvenes tienen necesidades tanto materiales como personales, pero tal vez lo que más necesiten sea de personas adecuadamente preparadas para responder a sus demandas educativas y sociales, ya que se encuentran en un verdadero riesgo social. La realidad social en la que se encuentran muchos niños, adolescentes y jóvenes tanto en situación de desamparo como en situación de conflicto social, ha venido generado desde hace algunas décadas un fuerte impacto y preocupación de los diferentes estamentos sociales, conscientes de la situación de peligro en la que viven estos jóvenes.
  
   Es preciso:
- Analizar las principales manifestaciones de la conducta violenta en la adolescencia y juventud.
- Dar a conocer las posibilidades de una verdadera labor preventiva ante la aparición de comportamientos o manifestaciones violentas.
-  Ofrecer información del fenómeno de las drogas en la adolescencia, conociendo las sustancias psicoactivas, sus efectos, su problemática social y las posibles vías de intervención.
- Conocer las variables que llevan al menor a situaciones de desamparo, marginalidad o conflicto social.
- Conocer la situación actual legislativa y judicial del tratamiento con menores.
- Preparar a los profesionales que la sociedad y los menores en conflicto social demandan en la actualidad.
- Conocer cómo poner en marcha programas de intervención adecuados.

JUAN SOTO
-Viladesuso, Pontevedra 24.6.1958. Educador. En 1988 creo y presidio la Asociacion de Educadores en el Tiempo Libre para la Prevencion de la Marginacion Infantil y Juvenil -ASETIL-. Desarrollo su labor humanitario de educador de calle en Vigo, y potencia este modelo de intervencion en medio abierto con la juventud. Dirigio durante varios años los programas Una Esperanza en Marcha y Documentacion Social en Radio ECCA. Publico Madres Contra la Droga -1998- y, en colaboracion, Reflexiones de un Educador de Calle -1996-, y coordino Metodologia del Educador de Calle -1997- y Manual del Educador de Calle -1997-.
(Enciclopedia Galega Universal. Ir Indo Edicions. Vigo, 2002).

BAJADO DE

lunes, 4 de octubre de 2010

Pronunciamiento

martes, 17 de agosto de 2010

lunes, 26 de julio de 2010

martes, 6 de julio de 2010

Ministerio Público (Perú) pide políticas de prevención contra la violencia juvenil

Ministerio Público pide políticas de prevención contra violencia juvenil




Edificio del Ministerio Público, en la avenida Abancay, Lima. Foto: ANDINA/Archivo.

Lima, jul. 05 (ANDINA). Un llamado a las autoridades del Ejecutivo, así como a los gobiernos regionales y municipales, a fin de aplicar políticas efectivas que permitan disminuir la incidencia de casos de violencia juvenil, formularon diversos representantes del Ministerio Público.

Lamentaron que pese a la existencia de normas promovidas en muchos casos por el Ministerio Público, éstas no se aplican, lo que ha originado el incremento del número del jóvenes adolescentes que incurren en conductas infractoras.

Los fiscales provinciales de Familia de Lima y de El Agustino, Pilar Castillo, Mónica Dietrich y Jaime Zevallos, coincidieron en el tema, durante su participación en el programa “Los Fiscales”, que se difunde a través de la cadena regional Radio Exitosa, los sábados.

“Se habla mucho de prevención, pero no se adoptan las medidas necesarias ni importantes, por eso vemos un aumento en el índice de la comisión de este tipo de conductas por parte de jóvenes adolescentes”, manifestó la fiscal adjunta de Familia, Mónica Dietrich.

Dijo, por ejemplo, que los gobiernos regionales y municipales están obligados a utilizar sus recursos económicos en la aplicación de políticas socioeducativas para jóvenes que infringen la ley.

Sin embargo, anotó, esto no se cumple, pese a que está normado en las disposiciones reglamentarias del Decreto Legislativo 990, que trata el tema de pandillaje pernicioso.

A su turno, la titular de la 5ª Fiscalía Provincial de Familia de Lima, Pilar Castillo, consideró que el rol del Estado es fundamental para evitar conductas antisociales en los adolescentes.

“El Estado debe asumir un rol protagónico en el tema de prevención de la comisión de infracciones penales y debe incluir en sus políticas públicas temas de prevención tanto primarias, secundarias como terciarias; sobre todo las primarias, donde se hace una trabajo directo con las familias.”

Ambas representantes del Ministerio Público indicaron que cualquier política en torno al problema de las conductas infractoras de los adolescentes entre 14 y 18 años sin cumplir, no puede ser represiva y que se requiere de una política social integral.

En este sentido, el Ministerio Público trabaja en una serie de acciones para reducir y prevenir los casos de infracción a la ley penal.

BAJADO EL 6 DE JUNIO DLE 2010 de http://www.andina.com.pe/Espanol/Noticia.aspx?id=qTzlpEXqwgY=

viernes, 2 de julio de 2010

Méxio: Comíiamos muertos para perder el miedo

Sergio Vega: el papá del daiblo.

Sergio Vega Cuando te lavas la cara

Muerte de Sergio Vega

Los Narcocorridos

miércoles, 30 de junio de 2010

Policia Comunitaria por Hugo Müller Solón

Perú: ¿Por qué es importante la creación de la Policía Comunitaria? / Hugo Müller Solón


Publicado el Junio 30, 2010 por carbas

Porque un requerimiento constante y prioritario de la comunidad a las autoridades encargadas del mantenimiento de la seguridad ciudadana en nuestro país, es la de mayor eficacia de sus acciones para disminuir el incremento creciente en número y forma de la delincuencia y que viene ocasionando una percepción permanente de una cada vez mayor sensación de inseguridad ciudadana. De hecho, existe un reclamo permanente de la comunidad nacional que espera una mejor respuesta de sus autoridades con respecto a la Seguridad Ciudadana, cuyo tratamiento se viene tornando muy complejo en los últimos tiempos. La Policía Nacional en los últimos 25 años, no ha modernizado sus procedimientos de intervención en materia de prevención del delito, sus estrategias actuales resultan obsoletas frente al desarrollo y modus operandi de la criminalidad contemporánea.

Porque en la última encuesta oficial de victimización realizada en el Perú, a cargo del Ministerio del Interior – CONASEC (2005) la imagen de la Policía Nacional, fue considerada buena solo por el 27% de encuestados, mala por el 48% y muy mala por el 15%. En dicha encuesta, la desconfianza ciudadana se reflejó con respecto a la Policía en dos aspectos: Corrupción (54%) y falta de Competencias para solucionar los problemas (49%). Tres años después, una encuesta de victimización realizada por la Pontificia Universidad Católica del Perú en Agosto 2008, reveló que el 43% de los encuestados consideraban que la dedicación y entrega al servicio de los Policías es muy bueno/bueno mientras que el 52% lo consideró muy malo/malo; con respecto al trato a los ciudadanos 33% lo calificó de muy bueno/bueno, mientras el 64% de muy malo/malo; con relación a su eficacia para atender las demandas de los ciudadanos el 25% lo calificó como muy bueno/bueno, en tanto que el 71% de muy malo/malo; finalmente con respecto su honradez, el 16% lo consideró de muy bueno/bueno y el 82% de muy malo/malo. Últimamente en una encuesta de opinión urbana realizada por Ipsos APOYO Opinión y Mercado S.A en la ciudad de Lima (FEB2010), 62% manifestaron no confiar en los Policías, 29% dijeron que si confiaban y 9% se abstuvieron de opinar. Todo lo cual significa que la imagen de la Policía Nacional, está muy lejos de alcanzar niveles de aceptación o confianza ciudadana.



Porque, debemos reconocer y tener en cuenta que frente al avance y crecimiento de la delincuencia, dos de los grandes presupuestos de las estrategias policiales profesionales preventivas ya no son eficientes en la actualidad. El primero, ya no es real que la patrulla policial por su sola presencia inhibe a los potenciales infractores de cometer delitos, y el segundo, ya no es real que la presencia policial disminuye el miedo y la percepción de inseguridad en la población. De igual manera, las patrullas dirigidas rápidamente al incidente o lugar donde se ha cometido un delito no producen mayor seguridad que la de auxiliar a las victimas después que el delito se ha cometido con sus consecuencias irreparables y las posibilidades reales de detener a algún sospechoso o al mismo autor del delito disminuyen después del primer minuto de cometido el delito por cuanto el autor o autores se dan a la fuga, lo que sumado al hecho de que en promedio las víctimas tardan alrededor de 4 a 5 minutos en tomar el teléfono para reportar el delito (si es que lo hacen) y el tiempo que la patrulla demora para llegar al lugar, reduce dramáticamente las posibilidades de éxito de un sistema basado en la rapidez para responder a las llamadas (modelo reactivo). En la misma línea, el modelo de patrullas preventivas formadas por parejas en vehículos policiales, a pié o a caballo, sin demostrar una corresponsabilidad o integración con el barrio que vigila demuestra generar un mayor aislamiento de la policía con la comunidad y refleja una especie de ensimismamiento de la pareja de policías en sus propios problemas o intereses, alejándolos del entorno y de la población sin generar confianza o seguridad en ésta.

Porque, la sociedad en su conjunto con sus problemas de orden moral, social y económico contribuye también – por así decirlo de alguna forma – al crecimiento del desorden y de la criminalidad. Se ha demostrado que prácticamente la delincuencia, nace y se genera desde el momento mismo en que el sujeto viene al mundo; y es por eso que la responsabilidad del incremento de la delincuencia recae sobre los padres, autores espirituales de la tendencia o de las tendencias delictivas de sus hijos; complementado con el entorno degradado, una educación carente de valores y una sociedad indiferente ante el crecimiento del problema delincuencial. La Policía Nacional por lo tanto debe complementar su estrategia tradicional para enfrentar la delincuencia (modelo reactivo – represivo), con las nuevas tendencias internacionales aplicadas exitosamente en otras urbes (modelo preventivo – proactivo), liderando la aplicación de las técnicas orientadas a disminuir la criminalidad, como son la vigilancia comunitaria, la prevención social, la prevención situacional, prevención comunitaria del delito, por mencionar algunas de ellas, contando para ello con la activa participación de las autoridades y población en general. En el Perú no se han desarrollado estos modelos.

Porque frente a ello, en los últimos años se ha venido promocionando con mas tenacidad, la participación de la comunidad en tareas vinculadas a la seguridad ciudadana. La comunidad organizada ha venido cumpliendo un rol de colaboración a las tareas de prevención del delito que realizan las autoridades locales, entre ellos la Policía Nacional, las Municipalidades, el Ministerio Público, conformando Juntas Vecinales de Seguridad Ciudadana, pero el modelo de trabajo empleado ya no es eficaz como estrategia de control del delito; es necesario que estos esfuerzos de la comunidad vayan mas allá de la colaboración con la Policía y se articulen en torno al trabajo coordinado de las autoridades para identificar y buscar soluciones a los problemas que afectan la seguridad de la comunidad, con el objeto de disminuir los riesgos y peligros existentes, reduciendo los niveles de criminalidad, previniendo proactivamente el delito, generando cultura de seguridad ciudadana y mejorando la convivencia, la paz y la calidad de vida de las personas.

Este nuevo enfoque de la prevención con participación de la comunidad, tiene como facilitador al personal de seguridad ciudadana dependiente de la autoridad municipal o policial que realiza servicio de prevención y patrullaje en las calles de las ciudades y que aplican un modelo de trabajo internacionalmente denominado: “Policía Comunitaria”.

La organización policial en este nuevo contexto, organiza Unidades de Policía Comunitaria y desarrolla a través del servicio de Patrullaje Preventivo – Proactivo un Plan de Trabajo con una nueva filosofía y una nueva doctrina, articuladas básicamente alrededor de tres propósitos principales: (1) Brindar un servicio policial que se anticipe y prevenga las dificultades, los problemas, los riesgos y el delito (2) Los Policías Comunitarios, conocen su territorio y son identificados por sus habitantes. Su implantación y sus modos de trabajo le permiten al Policía un mejor dominio del área así como un conocimiento profundo de las características sociales y culturales de la población que vive en cada barrio; y (3) Responder a los requerimientos de la población mediante un diálogo constante y una atenta escucha de los ciudadanos, planteando solución efectiva a sus problemas de inseguridad.

Pero además, a través del Patrullaje Preventivo de Policía Comunitaria, los Policías buscan que la ciudadanía tenga una participación protagónica en una serie de programas y acciones concretas elaborados por el Comando de la Policía Comunitaria para mejorar la seguridad y la convivencia pacífica; a la vez que mejora la confianza y credibilidad institucional y se alcanza un idóneo y más amplio espectro en la lucha por la reducción de la criminalidad y la delincuencia. Programas como “Escuelas de Seguridad Ciudadana”, “Observatorio del Delito”, “Plan de Barrio”, entre .otros, garantizan una activa y coordinada participación de la comunidad.

El servicio de Patrullaje Preventivo de POLICIA COMUNITARIA, es una moderna concepción de la organización y de la intervención de la Policía Nacional del Perú frente al delito, que no afecta otros servicios policiales no menos importantes de naturaleza reactiva o represiva. Para su aplicación exitosa, se requiere la decisión y el apoyo del más alto nivel del Estado, del Sector Interior, de los Alcaldes y de la Policía Nacional. Su filosofía y doctrina a partir de su referente (Proyecto Piloto “POLICIA COMUNITARIA” desarrollado en la ciudad de Trujillo – III-DIRTEPOL- los años 2003 – 2005) garantizan su organización, desarrollo, su eficiencia y su eficacia, teniendo en consideración que ya fue aplicado y evaluado como Proyecto Piloto, con resultados totalmente exitosos. La Policía Comunitaria de Trujillo fue desactivada por el actual Ministro del Interior (Octavio Salazar Miranda) siendo General de la Policía y responsable de la seguridad ciudadana en dicha ciudad. Actualmente la policía peruana, es la única en América del Sur, que no avanza en el camino de la Policía Comunitaria. Trujillo – Perú, Junio 2010.

Hugo Müller Solón: Creador y Director del Proyecto Piloto “Policía Comunitaria” de la ciudad de Trujillo – PERU.

Policia Comunitaria. Proyecto Piloto Trujillo

–Publicado por POLICIA COMUNITARIA para HUGO MULLER: POLICIA COMUNITARIA EL NUEVO PARADIGMA DE LA SEGURIDAD CIUDADANA EN EL SIGLO XXI el 6/24/2010 02:55:00 PM

Bajado de http://scela.wordpress.com/2010/06/30/peru-%c2%bfpor-que-es-importante-la-creacion-de-la-policia-comunitaria-hugo-muller-solon/

miércoles, 9 de junio de 2010

lunes, 3 de mayo de 2010

Lourdes Flores: Voy a Liderar la seguridad ciudadana: en Lima

CANDIDATA AL SILLÓN MUNICIPAL




"Voy a liderar la seguridad ciudadana"

Lourdes Flores propone soluciones para la capital



Lunes 3 de Mayo del 2010



¿Qué visión tiene de Lima?

Lima no debe seguir siendo vista como una ciudad con un centro y varios lugares hacia donde se ha extendido, llamados conos. En adelante debemos verla como un espacio con varios centros integrados entre sí. Cada uno debe tener un concepto de desarrollo, de modo que en estos centros urbanos encontremos verdaderas ciudades.

¿Cómo construir una ciudad pluricéntrica?

Con un sistema de transporte urbano, masivo y de calidad, que es un factor de integración. Para el 2011 vamos a heredar el Metropolitano (que va de sur a norte) y el tren eléctrico (que va del sur al centro). Además hay una iniciativa privada que ha planteado construir un corredor de San Juan de Lurigancho a la estación central (o sea, del centro al este), que estaría terminado en el 2012. Con este panorama, yo pondría en marcha el tren Chosica-Callao, usando los rieles del Ferrocarril Central. Así comenzamos a diseñar un sistema para integrar a los distintos centros, que se complementaría con un plan vial que permita otras interconexiones. Esa es mi principal propuesta.


¿También ha hablado de recuperar los espacios públicos?

Es que en cada uno de los centros, los espacios públicos son fundamentales. Por eso les damos tanta importancia. Tenemos seis parques zonales, el Parque de las Leyendas, la Costa Verde, pero imagina recuperar las riberas de los ríos limeños. Por ejemplo, recuperar el Rímac en sus dos riberas le daría a San Juan de Lurigancho y a El Agustino una vida distinta.

¿Qué opina del problema que hubo en Miraflores con el colectivo Tambores por la Paz? Lo digo porque el alcalde Manuel Masías postularía a la reelección con usted.

Creo que en ese caso hubo un error de los serenos, que mereció una respuesta por parte de la autoridad. Pero, en general, si hay una política ordenada, y sabemos que los parques son espacios que debemos respetar, le sabremos dar a cada uno su razón ser, aunque considerando el derecho de los vecinos.

Siempre se habla de mejorar la seguridad ciudadana, pero no se dice cómo.

A través de una relación más integrada con el jefe de la Séptima Región Policial, porque por ahí viene la articulación con las comisarías de Lima y las [sedes de la] Dirincri que hay en la ciudad. Eso falta. Hay que asumir el reto. Por eso propongo ser la presidenta del Consejo de Seguridad Ciudadana de Lima. Estoy decidida a ser la lideresa de la seguridad ciudadana en Lima, en ejercicio, con acciones. Tratar con la policía de igual a igual y aprovechar los mapas de criminalidad que tienen de cada distrito. Esa información hay que aprovecharla para hacer un observatorio del crimen.

¿Logrará realizar todas sus propuestas en cuatro años?

Cuatro años es un período suficiente para sentar las bases. Estoy segura de que en ese tiempo puedo iniciar las transformaciones profundas que permitan orientar a una Lima del siglo XXI. Eso sí, no me imagino haciendo cosas de asistencialismo o medidas cosméticas. Quiero proponer a Lima con desafíos trascendentes. Comenzar esa tarea.

Editado a partir de la entrevixssta en http://elcomercio.pe/impresa/notas/voy-liderar-seguridad-ciudadana/20100503/471604

Campaña a la Alcaldía y las propuestas frerte a la violencia

CANDIDATO ALEX GONZALES OFRECE PLAN "LIMA SEGURA".-


El candidato a la alcaldía de Lima por el Partido Humanista, ecologista Alex Gonzáles, ofreció como prioridad desarrollar el Plan “Lima Segura” ante el grave problema de la inseguridad en la capital de la República. Señaló que el referido plan consiste en la instalación de más cámaras de vigilancia, la dotación de infraestructura de auxilio rápido, que incluya equipos de comunicación al guachimán de barrio y al vecino vigilante, así como la instalación de semáforos inteligentes para recuperar 2,500 policías de tránsito que están en las calles. Agregó que Lima tiene 80 mil guachimanes, correspondiendo 30 mil a las empresas formales. Además, de trabajar profesionalmente en la rehadaptación social de los 12 mil jóvenes en violencia y las 410 pandillas que existen en Lima, en su mayoría menores de edad. Dijo que en Lima tres de diez ciudadanos son asaltados o despojados de sus pertenencias, razón por la que es necesario darle una solución real e integral a la problemática. Aseguró que los problemas de Lima son socio-ambientales por lo que considera vital el desarrollo humano mejorando su calidad de vida y sembrando árboles y recuperando áreas verdes, usando el Metro “Verde” como medio de transporte rápido y subterráneo que no contamina al aire y así eliminar los 412 gases tóxicos con efectos cancerígenos de nuestro absoleto parque automotor, etc. “Quiero plantear soluciones concretas y objetivos viables” manifestó en la víspera el candidato Alex Gonzáles, quien también respondió preguntas y absolvió inquietudes de los ciudadanos durante su presentación en el programa de Radio Capital, que conduce el periodista Augusto Alvarez Rodrich.

miércoles, 14 de abril de 2010

Enlace interesante

Con este enlace te puedes conectar con cualquier cosa que quieras.
Guardarlo en algún sitio que puedas pinchar y entrar, merece la pena (EN FAVORITOS)

FANTÁSTICO. NO FALTA DE NADA.

Se trata de un enlace de extraordinaria utilidad, espero que te guste.

Pandillas en el Callao

Las Pandillas desde el periodísmo


                                                Pandillas desde el periodismo (video)

Las Pandillas (video



viernes, 26 de febrero de 2010

miércoles, 24 de febrero de 2010

Para qué sirve el servicio militar obligatorio

Iop Pucp El 24 de febrero a las 10:07 Responder


¿Cual debe ser la finalidad del servicio militar?
- Inculcar valores cívicos, como la disciplina, obediencia, virilidad, patriotismo: 42%
- Corregir a los jóvenes indisciplinados, a los infractores de la ley, o los pandilleros: 23%

Descargar encuesta completa en el link http://www.pucp.edu.pe/iop/files/sondeo_62.pdf

La familia genera violencia en niños

La familia y la violencia

miércoles, 10 de febrero de 2010

martes, 9 de febrero de 2010

Seguridad en América Latina ¿qué hacer en el Perú?

Documento de Juan Briceño

Documento sobre jóvenes y violencia en Colombia

Jóvenes y Taxistas: entre Don Berna y Don Álvaro


Por: Wilson Arias*

Bajado de wilsonarias.com



La estrategia de involucrar a los jóvenes en actividades de informantes no es nueva. Hoy la utiliza el crimen organizado en los barrios populares de las principales ciudades, pues desde niños y antes de ingresar a la escuela o posteriormente alternando con la escuela, los utiliza como “campaneros” para avisar cuando algún extraño llega al barrio. Se trata de una especie de formación inicial dual: un componente “barrial” vinculado al crimen organizado y otro escolar vinculado al sistema educativo, que le compite al primero (primer) por salvar a los niños y jóvenes de la guerra y de la muerte, pero lo hace básicamente desde el esfuerzo de líderes comunales y la voluntad docente, casi siempre un maestro-deportista-artista y a veces apóstol expósito.



Después, los jovencitos más aguerridos son seleccionados en esa primera “formación” barrial para un proceso amplifica sus funciones convirtiéndolos en pandilleros escolarizados, en sicarios y en víctimas fatales de la violencia urbana. La formación escolar, cuando porfía en ganar a sus discípulos para la vida, queda atrapada en una lógica infernal que enfrenta a la propia comunidad educativa. Con frecuencia los colegios públicos solicitan permanencia policial alrededor de los claustros educativos para proteger a los jóvenes esperados en la puerta para cobrarles alguna cuenta pendiente. Esta situación se le ha salido de las manos a la policía, que ha querido usar a los jóvenes más ingenuos como carne de cañón. Entre tanto, los maestros son amenazados por intervenir como conciliadores en dichos conflictos. Todos recordamos el año anterior a la docente asesinada saliendo de una institución educativa en la ladera de Cali y el asesinato de un decano universitario al sur de la ciudad, entre las víctimas de la violencia urbana alrededor de las entidades educativas en todos sus niveles.



La educación formal no sólo está vinculada a los propósitos económicos (desarrollo de competencias laborales y “retención” de jóvenes para que no presionen el mercado laboral) sino que ella, el arte y el deporte, siempre han sido escuela de vida y para la vida, eso lo saben los padres y los maestros. Por ello las asociaciones de padres, líderes barriales y maestros han propuesto una educación incluyente con cobertura para todos, la práctica de la no violencia, la mediación para prevenir el “bullyng”o conflicto escolar, el desarrollo de actividades sanas para la utilización del tiempo libre y la formación ocupacional y no formal como alternativas de prevención de la violencia.



Por distintas razones, estos jóvenes desertan del sistema educativo con extrema frecuencia. Y cuando sortean la educación media, su acceso a la educación superior u ocupacional enfrenta el martirio de obtener un crédito educativo del 70 % con el ICETEX y conseguir el resto como sea. Las opciones que tienen son los prestamos gota a gota, o las “vueltas” que le asigna una oficina de sicarios y ahora la bonificación por ejercer el rol de informantes. Muchos de ellos son hijos de madres cabezas de hogar, de desplazados por la violencia de sus territorios o simplemente de padres desempleados, lo que los hace altamente vulnerables a abandonar sus estudios para dedicarse a alternativas como las que hoy propone el presidente: el oficio de informantes del que paradójicamente pretendían escapar, huída a la que los maestros y la escuela, los líderes barriales y padres de familia, habían consagrado sus mejores y esfuerzos. La alternativa del Presidente es el fracaso de este prolongado empeño.



Oficio de informante con que el joven había iniciado en la formación “dual” patrocinada por el crimen organizado de Don Berna o sus émulos y sustitutos, y que ahora le ofrece el presidente a cambio de una bonificación como pago por denunciar a sus compañeros de estudio o de barrio. Denuncia que además no cumple por deber ciudadano sino para obtener la bonificación gubernamental, como parte de una estrategia emparentada con las Cooperativas de seguridad del entonces gobernador Uribe Vélez en Medellín, que fortaleció el paramilitarismo.



En Cali, si se revisan las estadísticas no es muy difícil predecir que con este modelo de “intervención” (estudiantes informantes), el fenómeno de violencia que padece la ciudad de Cali se incrementaría sensiblemente, pues hoy el 50 % de las víctimas son jóvenes entre 15 y 25 años y son producidas por retaliaciones entre pandillas y por venganzas en eventos comunes o entre el crimen organizado las que generaron el 80 % de los 1700 homicidios ocurridos en nuestra ciudad el año anterior. En otras capitales, estos indicadores guardan relación: en todo el país la juventud se está matando.



Pero para Cali el gobierno nos tenía reservada otra idea que tampoco es nada nueva: los taxistas “cooperantes” y con avantel. Mejor dicho, en esto también le aprendemos a Don Berna. Definitivamente, el modelo de intervención que Uribe intenta, hará que las nuestras asciendan irremediablemente en el escalafón de la muerte entre las ciudades más violentas del mundo. Para descender de él, casi siempre se requiere de una mayor “Donbernabilidad”.



Favor difundir, discutir y hacernos sus aportes



***

El 14 de Marzo marca Polo Democrático Alternativo y el 105.

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viernes, 5 de febrero de 2010

Adolescencia y muerte: reflexiones en torno a la muerte de un adolescente de 16 años

Para los Bravos..barras. Reflexiones sobre la violencia de la barras de fútbol

La violencia escolar desde la teroia del riesgo de Mario Sandoval (

LA VIOLENCIA ESCOLAR DESDE LA TEORÍA DEL RIESGO Y EL CAMBIO CULTURAL

Dr. Mario Sandoval

Formato de cita electrónica (ISO 690-2)
Sandoval M., Mario.La violencia escolar desde la teoría del riesgo y el cambio cultural. En publicación: Investigaciones CEJU . CEJU. Centro de Estudios en Juventud UCSH: . Septiembre2006. [Citado: 15/12/2009]. Disponible en: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/chile/ceju/violencia.doc

Resumen: El presente artículo aborda el fenómeno de la violencia escolar desde la perspectiva de la teoría del riesgo en un contexto de profundo proceso de cambio cultural. Se trata de comprender el fenómeno de la violencia en los jóvenes desde una determinada perspectiva teórica, en un contexto determinado.

Palabras Claves: Violencia escolar, Cambio cultural, Juventud, Teoría social Seguridad ciudadana, Sociología

Investigación desarrollada en el CEJU de la Universidad Católica Silva Henríquez


I.- Presentación:
El presente artículo aborda el fenómeno de la violencia escolar desde la perspectiva de la teoría del riesgo en un contexto de profundo proceso de cambio cultural. Se trata de comprender el fenómeno de la violencia en los jóvenes desde una determinada perspectiva teórica, en un contexto determinado.

La violencia siempre ha sido un tema de análisis controvertido; por una parte tenemos los hechos concretos que originan actos de violencia y por otro –simultáneamente- tenemos la sensación que la población -la opinión pública- tiene de esos hechos.

Lo primero que se advierte al analizar el fenómeno es el desfase entre ambos elementos. Una cosa es la “temperatura” y otra (muy distinta a veces) es la “sensación térmica”; por lo general, la población tiene una sensación de inseguridad y temor que no guarda relación con los hechos reales y concretos que originan esa sensación.

Cuando nos encontramos frente a este fenómeno necesariamente tenemos que hacer alusión al rol que juegan los mass-media en este proceso. Todo parece indicar que cuando un hecho de violencia particular y específico acaecido al interior de un establecimiento escolar es difundido profusamente por la televisión, el espectador tiende a generalizar y a “crearse” una imagen de una violencia generalizada, que no guarda relación con la intensidad, proporción y frecuencia de los hechos violentos concretos ocurridos.

Lo anterior va generando una imagen de un joven violento, al cual hay que tenerle miedo porque puede reaccionar en cualquier momento y, como Goffman lo dijera hace un par de décadas, del prejuicio al estigma hay un paso.

Producto del impacto televisivo en la audiencia a-crítica se va generando un etiquetaje social de los jóvenes chilenos y en particular de cierto tipo de jóvenes; en particular me refiero a los jóvenes de sectores sociales subalternos que acceden a la educación municipalizada.

En el caso francés, desde los años ‘80 las periferias urbanas parecen haber llegado a ser el teatro de una exclusión creciente. Pareciera ser que las llamadas “cités de banlieus” (“poblaciones” en nuestro caso chileno) están en franco proceso de ghettizisación. La incivilidad y la delincuencia de los jóvenes habitantes de esos espacios urbanos cuestionan la sociabilidad más elemental.

Por su parte, las brutalidades, la degradación y las transgresiones a sus derechos mas elementales no parecen detenerse, generando una dialéctica de causa-efecto que también es posible observar en los jóvenes chilenos marginados y excluidos de los beneficios del sistema económico. Si embargo, la violencia juvenil popular (y no popular) no tiene las dimensiones dramáticas de otros países; el problema existe pero no en una dimensión que cuestione el orden social imperante, es decir, no estamos ante la presencia de una violencia revolucionaria generalizada que cuestiona el orden imperante y propone otro tipo de orden social, sino mas bien estamos ante la presencia de actos menores, esporádicos, que no trascienden más allá del espacio institucional donde fueron generados.

II.- Acerca del Riesgo:
Los orígenes del término riesgo parecen perderse en el tiempo, desconociéndose la existencia de estudios que den cuenta de su uso a través de la historia (Luhmann, 1992). Recién se tienen noticias del término a partir de la aparición de la imprenta, aunque su utilización aún era rara y principalmente aplicada al contexto de la navegación marítima. Los seguros marítimos constituyen un caso temprano de control de riesgo planificado.

Para Giddens (1994) la noción de riesgo aparece en el pensamiento europeo alrededor del siglo XIX con la palabra inglesa que se solía deletrear en su versión francesa como risque. Durante algún tiempo la grafía francesa continuó utilizándose junto con la nueva palabra anglicanizada risk, que comenzó a emplearse en el campo de los seguros.

Douglas (1985), reconocida por sus trabajos antropológicos sobre riesgo y cultura, ha observado que la connotación de la palabra "riesgo" ha ido cambiando a través del tiempo. Para la autora, la noción de riesgo fue introducida en el siglo XVII en el contexto del juego, donde se refería a la probabilidad de que un hecho ocurriera combinada con la magnitud de pérdidas y ganancias. Todavía el concepto tenía un valor neutral. Hoy, la noción de riesgo tiende a estar asociada a resultados negativos, en especial en un uso profesional o técnico del término. La Royal Society, citada por Douglas (1982) definió riesgo como "la probabilidad de que ocurra un hecho particular adverso, durante un período de tiempo dado".

En el uso científico del término, argumenta Hansson (1989), riesgo es considerado como un concepto unidimensional que hace referencia a un valor numérico de probabilidad, mientras que en el uso popular tiene muchas y más variadas acepciones.


III.- El riesgo desde la sociología
En primer lugar abordaremos la existencia de visiones más tradicionales acerca de la temática del riesgo; estas pueden ser definidas como Técnico-Científicas (cf. Farrás, Bosch y Torrente 2001: 2), preponderantes en los estudios realizados por la Economía, Ingeniería, Epidemiología, Psicología e incluso por la Ciencia Jurídica. Bajo estas premisas, el riesgo se define esencialmente mediante expresiones referentes a probabilidades y resultados adversos, normalmente como secuela de una determinación meditada o reflexionada.

El objetivo de este enfoque se centra principalmente en la identificación de riesgos, determinación de sus factores causales, elaboración de modelos predictivos que enlacen diversos riesgos y en el examen de la percepción, análisis y toma de decisiones en relación a las diversas situaciones de riesgo, adoptando una perspectiva racionalista y realista en la que prevalece la visión del especialista, quien mide los riesgos y determina la forma de proceder ante los mismos (cf Farrás, Bosch y Torrente 2001: 2)

Por su parte en los enfoques pertinentes a la Sociología, el tema del riesgo no se plantea como una cuestión que aborda lo meramente técnico y adopta características de problemática social. Las diversas miradas sociológicas, en general, critican la concepción racionalista del riesgo y enfatizan que existe una construcción social del riesgo (cf Farrás, Bosch y Torrente 2001: 2)

En estos términos, el “riesgo es dinámico y cambiante y su expresión más acotada se capta en unidades territoriales y sociales de pequeña escala (...). El riesgo es siempre producto de las acciones conscientes o inconscientes de actores sociales, organizaciones, instituciones o individuos" (Arguello y Lavell 2001: 3)

Desde el punto de vista sociológico, a diferencia de las miradas técnicas y sicológicas, lo que interesa más bien son los factores que hacen que determinados puntos de vista respecto a los riesgos resulten dominantes en grupos sociales determinados, entre ellos los jóvenes, así como también el motivo de que se produzcan al respecto polarizaciones y controversias. Las opiniones y actitudes de los sujetos frente al riesgo son factibles de usar para describir la situación anterior. “En este sentido, la correlación de la distribución de las opiniones con factores socioculturales sirve de base para realizar análisis de potenciales diferencias respecto a estructuras sociales dadas". (López 2001: 7)

Desde la perspectiva sociológica, los diferentes grupos sociales elaboran variadas concepciones sobre la gravedad y aceptabilidad de distintas situaciones de riesgo, así como también acerca de las respuestas precedentes ante cada una de estas condiciones. Dichos patrones se rigen por los procedimientos acostumbrados de socialización y de factores económicos, políticos y culturales y no tanto del cálculo de probabilidades, en consecuencia es posible afirmar que habrá una diferenciación entre la percepción del riego y el riesgo objetivo, lo cual preocupante en el caso de la violencia en establecimientos escolares, dado que muchas veces un acto de violencia tiene su origen en un juego brusco donde no se midió el riesgo de la acción gatillante. (cf Farrás, Bosch y Torrente 2001: 2).

Los riesgos emergen entonces como derivaciones de procedimientos socioculturales que sirven a determinadas funciones sociales y políticas, siendo objeto de estudio el origen y sus consecuencias sociales, su uso simbólico, la forma en que se adjudican culpas y responsabilidades, el papel de los expertos y del conocimiento en su gestión, su reparto desigual, los conflictos asociados o su relación con los procesos de modernización y globalización.

Recalcar la dimensión social y cultural del riesgo evita caer en etnocentrismos que nos llevan a tildar de arriesgadas conductas y actitudes de personas que no comparten el conocimiento o la estructura de valores y símbolos asociados a un determinado riesgo, al respecto el caso de la violencia intra-escolar es particularmente interesante pues está asociado, conciente o inconcientemente al juego de la vida y la muerte.

Aunque parezca exagerada la afirmación anterior, es sabido que algunas acciones juveniles que comienzan como simples juegos entre muchachos, terminan en un centro hospitalario o en el cementerio.

Con todo, como bien expresa el sociólogo Josep Espluga (2001: 13), con respecto al esfuerzo por dar un sustento global que legitime esta orientación, “hay que señalar que la incorporación de las dimensiones sociales al análisis empírico de los riesgos tecnológicos y ambientales es un paso importante para caminar en esta dirección”.

Visto desde la particular óptica de la disciplina sociológica, se supone que el riesgo es un estado del individuo ante el peligro y evita enfocarlo exclusivamente en términos de probabilidad de un suceso y sus consecuencias. Es más, Ronald Perry y Miguel Montiel (1996: 5) sostienen que hay que concebir el riesgo en el contexto de sus consecuencias para la vida de los individuos y, siguiendo a Anthony Wallace, señalan que hay que aproximarse al tema del riesgo considerando la noción de “desintegración total”, vale decir, la aprensión de los seres humanos ante la capacidad de ciertos eventos naturales o societales de interrumpir instantáneamente el curso normal de sus vidas. En el caso de una conducta social violenta, por ejemplo, es fácilmente apreciable la gama de consecuencias asociadas al deterioro del lazo social y como última instancia la muerte prematura de los protagonistas de las acciones violentas.

Al respecto, se establece que pueden considerarse fenómenos perturbadores de origen natural (geológicos e hidrometereológicos) y de origen humano (químicos, sanitarios y socio-organizativos). Los fenómenos perturbadores socio-organizativos tienen su matriz en las concentraciones humanas y en el funcionamiento de algún sistema de subsistencia que proporciona servicios básicos, siendo los principales ejemplos las marchas y concentraciones masivas, delitos y accidentes terrestres y aéreos.

En efecto, el hombre a lo largo de su evolución ha ido disminuyendo su dependencia del medio natural pero aumentándola en cuanto a determinadas formas materiales dadas por él mismo, generando un ambiente socializado llamado “medio sociocultural–técnico”, relacionado con el uso de la técnica y la tecnología, la cual le ha posibilitado adquirir cierto status con el que establece estructuras u organizaciones de carácter económico, social, político y cultural mas o menos homogéneas y que se definen como sociedades.

Esta capacidad para desarrollar técnicas que permitan simplificar y mejorar el modo de vida en el espacio terrestre, ha traído al mismo tiempo la creación de un ambiente mucho mas complejo, haciéndose necesaria la acción de pautas de conducta que permitan seguir manteniendo este espacio construido. Siguiendo las ideas de Chinoy, estas regularidades dentro de las sociedades reflejan la presencia de cultura y conocimiento de lo que supuestamente es controlable.

Pese a ello, al manifestarse el no seguimiento de las reglas establecidas, falta de habilidad o carencia de conocimiento de los actores sociales, imprudencia, temeridad, ignorancia, etc., se pierde el equilibro obtenido y como consecuencia algunos eventos que dada su magnitud, frecuencia u otro vocablo que lo defina como ajeno al orden social establecido, son declarados como problemas sociales.

En definitiva, el sociológico es un acercamiento distinto a la noción de riesgo, es por ello que nos ha parecido necesario incorporarlo en el análisis de un fenómeno de la violencia escolar que puede llegar a ser analizado solo desde el punto de vista psicológico.

Desde el punto de vista sociológico, el riesgo es definido subjetivamente por los sujetos afectados, por tanto existe un elemento implícito de cognición y percepción individual, sin embargo, es perfectamente posible obtener cierta consistencia entre las diversas definiciones de los individuos, a un grado tal que las normas y estilos de vida, y los efectos de un suceso, son similares. Por otro lado, el riesgo no es entendido únicamente en términos de daños a la propiedad sino que también de la discontinuidad generada en el curso de la vida cotidiana. En este sentido, el riesgo es visto tanto desde la perspectiva del bienestar individual como también de la seguridad de familiares, amigos, compañeros de curso y comunidades. Es preciso entonces que para entender el riesgo los científicos sociales integren los conceptos de daños a la propiedad y de amenazas a la vida.

El riesgo como eje interpretativo de la sociedad contemporánea y de las nuevas formas de vida social de las última décadas, aparece en el ámbito de la teoría sociológica como resultado de la deliberación acerca de los límites que habría alcanzado el modelo histórico de la modernidad, fundado en la sociedad industrial y que Giddens (1990: 15) define como "aquellos modos de vida u organización social que surgieron en Europa desde alrededor del siglo XVII en adelante y cuya influencia, posteriormente, los ha convertido en más o menos mundiales".

En cuanto a Niklas Luhmann, el riesgo y la actitud de los individuos o grupos ante el mismo aparecen como ejes centrales de la modernidad, siendo la valoración y aceptación del riesgo no una cuestión síquica sino que fundamentalmente social. La conducta individual ante el riesgo implica un ajuste a las expectativas socialmente mantenidas por los grupos de referencia relevantes o bien es el resultado consecuente de procesos de socialización específicos. Junto al cálculo, percepción, valoración y aceptación del riesgo, se suman los problemas de saber quién o qué decide si un riesgo debe ser considerado, estando el problema de la selección de riesgos orientado a dilucidar la posibilidad de que los factores sociales puedan dirigir este proceso de selección (cf Pucci 1999:8).

Para Luhmann, el riesgo va más allá de la elección racional sino que se constituye como un problema social construido comunicacionalmente e históricamente diferenciado. El riesgo supone muchos factores asociados que afectan negativamente los resultados de las acciones por lo que es imposible su cálculo racional. Lo importante es que el riesgo sea evitable tomando una adecuada decisión presente en cuanto a lo que pasará en el futuro, no obstante, es necesario tener presente que la seguridad jamás será completa dado que no existe conducta libre de nesgo, se tomen o no decisiones. (cf Torres y De la Puente 2001 ).

En estos términos, no existiendo decisiones libres de riesgo es poco viable que la investigación y la generación de conocimiento provoque el tránsito del riesgo a la seguridad. Para Luhmann, la experiencia demuestra todo lo contrario en cuanto a que mientras mas se sabe, más se conforma una conciencia de riesgo, vale decir, mientras más racional y complejo sea el cálculo del riesgo más aspectos se verán revelados y con ellos, mayor incertidumbre en cuanto al futuro y, consecuentemente, más riesgo habrá (cf Medina 1985: 6)

Por su parte el enfoque de la “Sociedad del Riesgo" (Ulrich Beck y Anthony Giddens) enfatizan los factores estructurales y macro de las sociedades modernas, señalando que el desarrollo científico y tecnológico implica una inseguridad cada vez mayor, indiscriminada y global, por lo cual el riesgo es más difícil de calcular, gestionar y evitar. Paradojalmente, las instituciones núcleo de la modernidad (Gobierno, Industria y Ciencia) son las que más riesgos generan. A su vez, las sociedades avanzadas demandan más seguridad y calidad de vida. Todo ello acontece en el marco de una individualización creciente de la sociedad en la cual las personas se ven como los indicados para decidir sobre su propia seguridad (cf Farrás, Bosch y Torrente 2OO1: 3).

Beck y Giddens comparten muchos puntos en común en cuanto al análisis del riesgo, principalmente al entenderlo como un componente de una segunda etapa de la modernidad marcada por la radicalización y universalización de sus características esenciales y por su negación (rechazando de paso los planteamientos referentes a la postmodernidad). La diferencia fundamental entre Beck y Giddens pasa por el hecho de que mientras el primero se centra preferentemente en los problemas institucionales planteados por la modernidad reflexiva, siendo por tanto su enfoque más macro, el segundo se sitúa más en los conflictos de la identidad individual y el desarrollo del sujeto reflexivo, pudiendo calificarse su visión como más micro. Nugent afirma al respecto que “así pues, el sujeto reflexivo de Giddens y la modernidad reflexiva de Beck se enfrentan a las nuevas formas de riesgo de la sociedad contemporánea” (Nugent 2001: 3).

Beck postula el concepto de “Sociedad del Riesgo” en alusión a un “estadio de la sociedad moderna en el que la producción de riesgos políticos, ecológicos e individuales está cada vez más fuera del control de las instituciones encargadas de garantizar la seguridad de la sociedad” (Espluga 2001: 9).

Beck define las características de las sociedades del riesgo centrándose en el hecho de que la ruptura profunda entre las sociedades industriales o modernas y las sociedades de riesgo o de la modernidad reflexiva, pasa por la sustitución del orden, la jerarquía y la autoridad que caracterizan a la primera, por la incertidumbre y la ambivalencia propios de la sociedad del riesgo, la cual no es sino producto del triunfo de la racionalidad y de la modernización, que autodestruye sus propios fundamentos en su desarrollo.

Para Beck, la modernidad simple sitúa el cambio social en la racionalidad teleológica, en cambio, la modernidad reflexiva lo ubica en los efectos colaterales, no deseados e incontrolados, que no se ven ni se reflejan, pero que se externalizan mediante la acumulación de hechos latentes cuya interrelación provoca ruptura estructural, sustituyéndose los modelos de racionalización y modernización lineal por conceptos tales como auto-transformación, auto-amenaza y auto-destrucción, proceso que implica la crisis de la racionalidad y el retorno a la incertidumbre, generándose nuevas contradicciones y problemas a nivel societal, reflejados, por ejemplo, en que a nivel de estructura social se contrapongan las teorías de los grandes grupos a las teorías de la individualización (cf Pucci 1999:5).

IV.- Acerca de la hipótesis de la Mutación Cultural
La hipótesis de fondo que caracteriza el contexto en el cual se verifican las acciones de riesgo de los jóvenes y que eventualmente derivan en acciones violentas pertenece a Guy Bajoit y Abraham Franssen y señala que: "desde hace 20 o 30 años, una mutación cultural está en curso" , es decir, estaríamos viviendo el paso "de un modelo cultural basado en la razón social a otro fundado sobre la autorrealización autónoma" , y más aún, "la reducción de la credibilidad que afecta al modelo de la razón social y el aumento de la credibilidad que se vincula al modelo de la autorrealización autónoma serían al final un proceso irreversible en la medida en que este sería alentado por todos, incluso por aquellos que aparentemente se esfuercen por resistirlo" .

El telón de fondo del cual parten los autores señalados, es la idea que hoy día estaríamos viviendo un período de mutación cultural y que esta mutación dificulta que los jóvenes encuentren sentido a las cosas que hacen y -como consecuencia- desarrollan conductas contradictorias, contrapuestas, muchas veces incomprensibles para el mundo adulto. En un mundo que les exige cada vez más, se va produciendo un desfase entre las expectativas de éxito y los límites o los obstáculos que ellos perciben en el logro de esos objetivos. Ese desfase son las tensiones existenciales.

El problema del sujeto es un problema antiguo en la humanidad y en cada época y lugar el hombre busca ser sujeto, apelando al modelo cultural reinante, traducido en valores superiores o supremos, (Dios, La Patria, La Naturaleza, etc.).

De esta manera, "el individuo es siempre sujeto, cualquiera sea el modelo cultural en el que viva, pero -de un modelo al otro- los principios de sentido a los cuales se apela para justificar su derecho a ser, son diferentes" .

En un contexto cultural inestable, en mutación, el primer fenómeno que se produce es que las expectativas de los otros dejan de ser homogéneas y pasan a ser más o menos incoherentes; la socialización deviene paradojal. Los valores del antiguo modelo pierden su legitimidad progresivamente, por lo tanto, la vía conformista ya no tiene sentido, aumentando cada día la cantidad de personas que buscan ser sujetos por la vía contestaria o marginal, asumiendo conductas de riesgo, algunas de ellas violentas.

Por otra parte, los individuos escapan a las formas instituidas de contestación y marginalidad, intentando fundar sus proyectos personales en principios culturales nuevos. El ser sujeto por la vía realista (del conformismo y de la movilidad) ahora toma la forma de una reafirmación de valores del pasado. Es así como cada vez más individuos forman parte de una situación de aculturación: ellos no pueden adherir al antiguo modelo cultural porque lo encuentran indeseable e impracticable, pero -a la vez- no pueden adherir al nuevo, dado que su legitimidad aún no está asegurada, por lo tanto, se ven obligados a tratar de conciliar los dos modelos en sus prácticas cotidianas.

A partir de lo anterior, Bajoit et. al., plantean la hipótesis "que estaríamos pasando de un modelo cultural basado en la razón social (es legítimo aquello que es útil a la colectividad, es decir, contribuye a su progreso y obedece a su razón) a otro fundado en la autorrealización autónoma (es legítimo aquello que el individuo juzga bueno para su desarrollo personal) en la medida que eso no impide a nadie hacer lo mismo" .

V.- Acerca de las lógicas de acción juveniles
Frente a los planteamientos anteriores, quisiéramos evaluar dos interpretaciones posibles. Por una parte, la propuesta de la "sociología de la experiencia" de Francois. Dubet y, por otra, la de la mutación del modelo cultural de Guy. Bajoit y Abraham Franssen.

Según F. Dubet, no estamos en presencia de "un" eje articulador que define "el" conflicto central que posiciona a los actores colectivos en función de "intereses comunes" y que actúan bajo "una" lógica única. Lo que se advierte en las conductas juveniles es, más bien, una separación entre la subjetividad individual y la objetividad del sistema, fragmentado en múltiples Lógicas de Acción.

Desde esta óptica, F. Dubet nos proporciona un concepto clave para comprender las conductas de los jóvenes. Este es el concepto de "experiencia", entendida como una "noción que designa las conductas individuales y colectivas dominadas por la heterogeneidad de sus principios constitutivos y por la actividad de los individuos que deben construir el sentido de sus prácticas en el seno mismo de esta heterogeneidad" .

Actualmente estamos ante la presencia de una diversidad de jóvenes que se mueven en espacios cotidianos distintos: unos caracterizado por la pobreza, la marginación y la exclusión, otros por la comodidad, el lujo y la abundancia En ese contexto, desarrollan ciertas lógicas de acción que les permiten sobrevivir, adaptarse, integrarse parcial y simbólicamente o conformarse a la exclusión forzada.

Coincidimos con Dubet en el sentido que, al observar las conductas de esta nuevas generaciones, no es posible reducirlas a un rol determinado ni tampoco a la persecución de determinadas estrategias de interés, sino que -en sus conductas- se plasman tres características esenciales:

a) La primera se refiere a la heterogeneidad de los principios culturales y sociales que organizan sus conductas. Todo pasa como si ellos adoptaran simultáneamente muchos puntos de vista a la vez, como si su identidad estuviera configurada de movimientos identificatorios sucesivos. Es por eso que las tipologías deben servir como guías de referencias, no como "etiquetas sociales"; hacerlo sería un error y no permitiría comprender y aprehender el fenómeno en toda su complejidad.

A partir de las definiciones de roles, status o de pautas culturales rígidas, estables y preestablecidas no se puede comprender el comportamiento de los jóvenes, ellos no constituyen una masa que cumple un programa determinado. Las nuevas generaciones juveniles no construyen una unidad a partir de un vacío social. Ellos no son parte de un guión en blanco que van "improvisando". Por el contrario, su espacio social, está lleno de contenidos diversos que se entrecruzan, dando origen a una multiplicidad de Lógicas de Acción. En este sentido, sus identidades no son un "ser" dado, a-priori, es un "trabajo", un proceso de construcción siempre dinámico.

b) La segunda característica de la conducta de los jóvenes es la distancia subjetiva que ellos mantienen con el sistema.

c) La tercera característica a la que se refiere Dubet, es que la construcción de la experiencia colectiva recoloca la noción de alienación en el corazón del análisis sociológico.

El análisis nos parece válido y certero en lo que se refiere a la constitución de nuevos movimientos sociales, es decir, si desaparece la imagen clásica de "la sociedad", los nuevos movimientos sociales que se constituyen y los antiguos que aún subsisten, no pueden apelar a la combinatoria de intereses colectivos, de utopías compartidas en función proyectos globales que representen los intereses de "la clase", del "pueblo".

Al respecto, la tipología propuesta por Dubet se encuentra sobrepasada, caduca. No tiene sentido pensar y pretender comprender el complejo accionar de los jóvenes actuales si se les analiza sólo en el cruce de sus acciones colectivas: populismo, defensa comunitaria, reivindicación y ruptura revolucionaria. La tendencia juvenil predominante es a alejarse de las acciones colectivas y a estructurar los lazos sociales de manera diferente a la forma como se hiciera en las décadas pasadas.

Por su lado, según G. Bajoit, estaríamos viviendo un tiempo de mutación cultural. Los parámetros que le brindaron las certezas a las generaciones pasadas están siendo sobrepasados por un nuevo modelo que tiene como eje de articulación la "autorrealización autónoma".

Lo interesante de la propuesta de Bajoit es que le otorga un rol protagónico al sujeto mismo en el proceso de cambio. No son las estructuras que cambian y como acto reflejo los individuos cambian con ella, sino que -más bien- es un proceso conjunto que se retroalimenta incesantemente.

Las acciones que realizan los jóvenes contemporáneos son acciones cargadas de sentido, en un contexto que les proporciona un conjunto de sentidos culturales vehiculizados por representaciones, normas, valores e ideologías, las que, en su conjunto, configuran el modelo cultural que progresivamente se impone y lucha en su irrupción en la escena nacional con otro conjunto de representaciones, normas, valores e ideologías que constituyen otro modelo que subsiste, pero que pierde vigencia día a día.

De esta manera, el sujeto construye sus estructuras de sentido que forjan sus expectativas en los distintos campos en los cuales se desenvuelve cotidianamente. Sin embargo, en el desarrollo de sus conductas, el "yo" se encuentra con los otros, con las instituciones, con la legalidad vigente, con el "Estado de Derecho" y en sus intercambios cotidianos, el "sujeto-actor" se enfrenta a un conjunto de presiones sociales y materiales que configuran una estructura de control que genera los límites que le impiden lograr sus expectativas.

La relación entre las expectativas y los límites da origen a incoherencias y contradicciones en cada ser humano, siendo la fuente de la tensión existencial que cada uno debe sobrellevar. El resultado es una sensación de malestar existencial que busca resolverse de alguna manera. La tensión entre "querer ser" y "deber ser" está siempre presente y para gestionar esa tensión, el sujeto se defiende, se adapta, se reconstruye o salva su identidad personal, es decir, desarrolla diversas lógicas de acción, entendidas estas como el eje central sobre el cual las personas articulan su conducta , lo que da origen a ciertas tendencias.

Como muy bien lo señala Bajoit, el vivir el tránsito de un modelo a otro, genera confusión, incertidumbre, ambiguedades, zonas poco claras donde el comportamiento humano se fragmenta en una pluralidad de lógicas de acción, adhiriendo, en algunos casos, al modelo cultural antiguo, viviendo de lleno el proceso de transición en otros y finalmente, en una tercera posibilidad, adhiriendo con claridad a los valores del nuevo modelo cultural en proceso de instalación.

VI.- A modo de conclusión:
En general, en el mundo juvenil quien transgrede la norma se siente importante y admirado por sus amigos, resultando estimulante el acto mismo de la transgresión; al respecto todo parece indicar que es la relación “joven-norma” uno de los espacios de mayor cambio cultural contemporáneo.

Una buena cantidad de jóvenes en los espacios escolares se presentan como transgresores, particularmente cuando se enfrentan a un espacio tan normativo como lo es el espacio escolar y el acto mismo resulta estimulante. Los jóvenes saben que esos actos serán reprobados por los adultos y eso le añade un poco de emoción. Lo que importa es la aprobación de los amigos, esa es la recompensa y merece la pena asumir el riesgo del castigo.

Los casos leves de vandalismo y violencia forman parte del desarrollo normal de niños y jóvenes, provienen de su necesidad de sentirse independiente, rebelde, o parte de un grupo, el de sus pares. Los sentimientos que impulsan estos actos son universales. Los jóvenes buscan identificarse como individuos y reafirmarse como miembros de un grupo. En otras ocasiones, buscan desquitarse de acciones que consideran injustas, protagonizadas por las figuras de autoridad: padres, profesores, policía. Una de las vividas como más injusta es la que convierte al joven en “invisible”, todo lo que él o ella interpretan como que no se les tiene en cuenta o no se les reconoce sus logros.

Muchos niños y jóvenes que crecen en ambientes en los que sienten que no valen mucho, y pueden (por la excesiva tolerancia familiar) hacer cualquier cosa que le pida su grupo. La necesidad de aceptación por el grupo puede inducir a un comportamiento antisocial, especialmente en la adolescencia: en medio de la desorientación, sentirse parte del grupo (que, a veces, es lo único que eligen) es lo más importante.

Los actos agresivos son la punta del iceberg; el problema casi siempre es previo. A veces, los niños y jóvenes emiten “sus señales” con gran intensidad (un robo, una pelea con heridos, una agresión a los padres, a un compañero o profesor) y surge el problema, ya ineludible. El mensaje requiere respuestas.

F. Dubet asegura que “la violencia es gratuita”, además de agregar que la rabia y el placer le son consustanciales. La imprevisibilidad y la gratuidad aparente de los actos violentos, el desarrollo de la delincuencia y el tráfico de drogas ponen en peligro la seguridad y los bienes públicos; a partir de aquello surge un sentimiento de inseguridad, el cual ha sido ampliamente demostrado en los estudios de la Fundación Paz Ciudadana. Este sentimiento de inseguridad cuestiona un concepto central en la sociología contemporánea, nos referimos al concepto de “lazo social”.

El debilitamiento del lazo social repercute en la disminución de la cohesión social; desde esta perspectiva, los jóvenes que protagonizan actos de violencia al interior de los espacios escolares (que son los menos) están buscando un protagonismo social negado extramuros emergiendo como una figura simbólica del cuestionamiento del orden social establecido en el Chile actual: si estos actos de violencia no son controlados o bien canalizados se corre el riesgo de debilitar, descomponer y desagregar el lazo social que cohesiona a la sociedad chilena.

El tema de la relación de los seres humanos entre sí es un tema de antigua data y cruza transversalmente a la sociedad. Actualmente, dadas las características del modelo económico imperante en Chile, resurge el tema del lazo social como algo prioritario en el análisis social. Al respecto podríamos afirmar que el lazo social está en crisis o en proceso de cambio.

Este ha sido el sujeto central de la sociología (Nisbet, 1970), sin embargo, al estudiar la manera como los seres humanos viven en sociedad, las teorías del lazo social nunca han sido cuestionadas, entonces, por qué es necesario hacerlo en el Chile actual y en particular relacionada con los actos de violencia al interior de los establecimientos escolares.

Las concepciones clásicas del lazo social, filosóficas o sociológicas, nacieron en contextos bien particulares, que tuvieron en común la desestabilización de la sociedades tradicionales: los filósofos del siglo de las luces (XVIII) emergieron de la degradación del universo medieval, del crecimiento y poder de la burguesía comerciante y del capitalismo, de las divisiones de la cristiandad y de la aparición de la ciencia moderna

En esa época, donde el desarrollo de los conocimientos reforzaban la racionalidad, el método y el progreso, la razón devino un ideal que fue concretizado por la revolución francesa, verdadero mito fundador de la sociedad liberal contractual.

En nuestro caso, el fenómeno que se vive en el país es el desarrollo de un proceso de modernización, unido a un proceso más largo e imperceptible a simple vista, cual sería un proceso lento de mutación cultural, que se verifica en la vida cotidiana de los jóvenes, sea cual sea el espacio sociocultural que vivan en su cotidianeidad. Es en ese núcleo de la vida juvenil donde se están verificando los cambios que interesa conocer.

Dicho de otro modo, ¿cómo se produce el cambio cultural "por abajo" o "por dentro" ?; en los actos cotidianos, en el trabajo, en el consumo, en las relaciones de pareja, en los proyectos personales, en el uso del tiempo libre, en los grupos de amigos, en el Colegio, el Liceo y/o en la Universidad?, etc.

Dado que es en ese nivel donde los jóvenes hacen su vida, ahí se debe escudriñar para comprender sus conductas. Son esas manifestaciones, muchas veces imperceptibles, las que van generando los grandes cambios epocales