sábado, 26 de septiembre de 2015

LA TÉCNICA URRESTI. POR FERNANDO ROSPIGLIOSI



ESTE ES UN ARTICLO DEL 2014, PERO CREO QUE AUN TIENE VIGENCIA
 (NOTA DEL EDITOR DEL BLOG)

    Fernando Rospigliosi
  • Fernando Rospigliosi
  • Analista político
Urresti no está haciendo casi nada para mejorar la seguridad, pero está trabajando mucho para aumentar su popularidad.
La seguridad ciudadana sigue empeorando en el Perú. Una de las pocas cifras confiables son las encuestas de victimización, que preguntan a los ciudadanos si han sido víctimas de un delito en los últimos doce meses. En el 2014 el Perú encabeza la lista en el hemisferio occidental: el 30.5 % fue víctima de algún delito, un empeoramiento con respecto al 2012, cuando la cifra fue 28.1 %, según el Barómetro de las Américas.
La última encuesta de Ipsos publicada por El Comercio apunta en la misma dirección, pues muestra que el 60 % cree que la seguridad está empeorando.
Es decir, a los ciudadanos nos va muy mal. Pero al ministro del Interior, Daniel Urresti, le va muy bien: es el más popular del gabinete y ya aparece en las encuestas de intención de voto para las presidenciales de 2016.
Su técnica es sencilla y eficaz: se dedica casi exclusivamente a promoverse mediáticamente usando el cargo que detenta, apareciendo en los operativos exitosos de la policía –en los otros no se acerca- como si él fuera el directo responsable de que las cosas se hicieron y salieron bien.
En un ambiente de estrés y miedo como el que se vive ante el avance de la delincuencia, mucha gente cree que “por lo menos está haciendo algo”. Eso explica, en parte, la incongruencia entre el deterioro de la seguridad y la popularidad del ministro.
La realidad es que Urresti no está haciendo casi nada para mejorar la seguridad, pero está trabajando mucho para aumentar su popularidad, con dos propósitos definidos. El primero, evitar que prospere el proceso que se le sigue por el asesinato del periodista de Caretas, Hugo Bustíos. De hecho, el fiscal superior está asustado y no toma ninguna decisión. Un individuo agresivo, con poder y popularidad, es difícil de sentenciar por un sistema judicial débil. El segundo, lograr un cargo electivo en el 2016.
Asimismo, está en su repertorio insultar a todos los que discrepan con él, aunque ahora también lo hace por encargo de la pareja presidencial. El último fue, como apuntó Mariella Balbi en El Comercio, “un ataque artero y vil por parte del ministro Urresti” a la ex procuradora Yeni Vilcatoma.
Otro elemento de la técnica de Urresti es la sistemática falsificación de cifras y logros, agrandándolos de manera desmesurada, aunque para eso tenga que trasformar el yeso en cocaína. Como algunos que observamos con detalle las cifras lo hemos desenmascarado varias veces, ahora se abstiene de anunciar números pero sigue haciendo ofertas que no cumple.
Las promesas sin fundamento, pero efectistas, son parte del método de Urresti. Cuando llegó al ministerio, ofreció llevar a todos los vehículos con papeletas al depósito gigante que en un mes iba a construir en Pachacamac. Prometió acabar con los centros de venta de autopartes robadas –San Jacinto incluido- en diciembre. Dijo que en un mes presentaba el proyecto de ley para prohibir las lunas polarizadas. Ahora dice que acabará con el crimen organizado en Trujillo para el próximo julio. Antes, cuando estaba a cargo de la minería informal, había ofrecido terminar con ese negocio en Puno y Madre de Dios. Y así hasta el infinito. Urresti simplemente confía en la mala memoria de la gente.
En materia de seguridad, el ministro está repitiendo su experiencia con la minería informal que lo catapultó a la fama al tiempo que fracasaba estrepitosamente. En efecto, lo esencial de la política del gobierno era formalizar a los informales. El resultado es que se han formalizado 5 de 300,000. En el mejor de los casos, 220, como ha sostenido, aunque sin mostrar evidencias, el ministro del Ambiente; es decir, el 0.07%. Ha disminuido en algo el uso del mercurio solo porque se ha reemplazado con cianuro. Y el oro ilegal ahora sale por Bolivia, que ha triplicado sus exportaciones de ese metal sin tener nuevas minas, como anota Miguel Santillana en el diario Gestión.
En suma, Urresti es un aprovechado imitador del estilo de Hugo Chávez, con las mismas desastrosas consecuencias de su inspirador: mucho ruido y pocas nueces.
Como ha señalado Carlos Basombrío en la revista Semana Económica, es una desgracia para el “país que, de nuevo, un aventurero, autoritario, imprevisible y sin escrúpulos tenga protagonismo en la política peruana”.

LA REPUBLICA (PERU) Justicia popular: relato de un pueblo tras la muerte de dos delincuentes




Escribe:
Eduardo Salinas
En la entrada del pueblo de Andas, en Huánuco, está colgado un cartel que dice: “Ama Sua (No seas ladrón), Ama Llulla (No seas mentiroso), Ama Quella (No seas ocioso)”. Los pobladores respetan estos lineamientos morales y viven en paz con sus vecinos.
Al menos así era hasta el 15 de setiembre.
Ese día unos desconocidos llegaron al pueblo y sembraron el terror en la población.
Andas es un pequeño centro poblado rural ubicado en el distrito de Jacas Grande, provincia de Huamalíes, a cuatro horas de la ciudad de Huánuco.
El nombre del pueblo ahora está en boca de todos porque allí se produjeron crímenes terribles aquel día.
Los pobladores lo saben y no quieren ser señalados. Por ello rompen su silencio y cuentan a La República lo ocurrido.
Por turno, sentados en la puerta de su local comunal, recuerdan que dos presuntos delincuentes fueron quemados vivos en castigo por sus actos.
Aseguran que se dejaron llevar por la indignación tras descubrir que uno de los pobladores más queridos había sido asesinado por los extraños.
A las cinco de la tarde de ese día, un comunero notó la presencia de los desconocidos. Entonces sonó la campana para alertar a la población. Por lo general a esa hora los agricultores y ganaderos regresan de las chacras con sus animales.
De pronto, alguien dijo que unos vecinos se hallaban en peligro y en segundos todos se reunieron en la plaza del pueblo para buscar a quienes hacían peligrar a sus hermanos.
“Se habían escondido entre los corrales. Nos habían dicho que eran tres pero uno de ellos logró escapar. En un terreno de 150 metros se encontraban estos sujetos, estaban con mochilas y al ver a la gente se asustaron y sacaron una pistola”, asegura el alcalde del centro poblado de Andas, Luis Rojas.
El cielo se oscureció cuando un grupo de vecinos detuvo a los sujetos. Eran las 8:30 de la noche cuando la gente llegó al local comunal. Los sospechosos eran Miguel Mauricio Nieves, de 32 años, natural del Callao, y Emerson Wilfredo Roque Moreno, 24 años, natural de Huánuco.
La pistola estaba en la mano de uno de ellos. La mostraba para intimidar a la muchedumbre.
“¿Cuántas balas tienes? Somos muchos, podrás disparar a alguien, pero entre todos te vamos a agarrar”, les gritaban los pobladores.
Entonces sonó un disparo y cayó herido el dirigente comunal Alejandro Guardia Salazar (57). Su muerte se produjo a los pocos minutos.
El balazo le había ingresado por la zona derecha del pecho y el agricultor, dueño de plantaciones de fruta y tubérculos, no resistió.
“Ese hombre tenía seis hijos, tres de ellos pequeños que ahora no tienen la atención de su padre. Figúrese que los más pequeños tienen retardo mental. Por eso se enfureció la gente”, explica Dedicación Guzmán, quien recuerda bien los hechos ocurridos aquella fatídica noche.
El crimen enfureció a la turba que persiguió a los sujetos hasta capturar a dos de ellos. El autor del tiro logró huir y se sabe que podría llamarse Ángel Moreno Moris.
Entonces golpearon y desnudaron a los sospechosos. Luego los ataron de pies y manos.
“Nosotros no sabíamos si ellos tenían otro tipo de armas, por eso les quitamos sus prendas, queríamos estar seguros de que ellos no iban a matar a más gente”, relata Dedicación.
Entonces alguien sugirió rociarles gasolina y prenderles fuego. Y no saben por qué lo hicieron. “Tal vez por la cólera”, señalan.
“No había otra solución, sabíamos que si los entregamos a las autoridades ellos algún día iban a salir en libertad e iban a tomar venganza. La muerte de ellos fue la solución. La comisaría de Llata está a dos horas, sabemos que fue un error, pero las circunstancias nos llevaron a eso”, dice Rojas.
Horas después, agentes de la comisaría de Llata encontraron los cuerpos quemados en la carretera de ingreso a la localidad de Andas. Los cadáveres fueron llevados al hospital de la ciudad de Llata, capital de Humalíes.

Pueblo sin estado

El linchamiento ocurrió en plena difusión de la cuestionada campaña de la comunicadora Cecilia García ‘Chapa tu choro’.
Pero no nos engañemos, este tipo de ajusticiamientos en los centros poblados es muy frecuente y la muerte de los delincuentes se produce por lo menos cinco veces al año.
El centro poblado de Andas no cuenta con mucha presencia del Estado. Sus autoridades son un alcalde, un teniente alcalde y un juez de paz. No existe una comisaría que brinde seguridad a los pobladores.
“Quiero decir que la población se siente afectada, ya que existe mucho miedo. Quiero decir que no es fácil quitarle la vida a un ser humano, pero al ver a un amigo tendido en el suelo, la población perdió el control; no somos una población violenta”, argumenta el representante de la alcaldía.
Y sigue... “pocas veces nos han pasado esto, sabemos que en otros poblados han actuado de esta forma. Hace unos meses murió un ladrón, en otra ocasión la población quemó el vehículo de los delincuentes, esto ocurre en otros poblados, esa noche nos tocó a nosotros y este fue el resultado”.

Familia mortificada

Por su parte, la madre de uno de los ajusticiados, Emerson Roque Moreno, señala que todo fue un error y pide castigo para los comuneros.
Rosa Yolanda Moreno Mori denuncia que el crimen sería por una deuda que tenían con un poblador de nombre Eduardo Rojas Soto, deuda que ascendía a 5 mil soles.
Asegura que Rojas Soto y Francisco Príncipe Correa habrían rociado con gasolina el cuerpo de los dos desafortunados.
“Eduardo Rojas le debía a mi hijo la suma de S/. 5.000, y tal vez por eso es que decidió asesinarlo y quemarlo con gasolina, ya muchos de los que han participado están identificados”, expresó.
Rosa Moreno dice que existe un video y la prueba para iniciar su denuncia. La Policía y la Fiscalía iniciaron una investigación preliminar de los hechos y esperan encontrar responsables.❧

“Lo ocurrido en el pueblo de Andas es un homicidio calificado”

El especialista César Bazán, de IDL, indicó que en el Perú existen muchos casos de crímenes en las zonas rurales. Por ello, anotó, hay una organización comunal, como son los ronderos campesinos, que están en Cajamarca y en otros lugares.
“Existe mucha violencia: La ronda es la forma que tienen algunos para corregir a un sujeto que cometió un acto criminal. Se organizan y llevan a los delincuentes de ronda en ronda hasta llegar a la comisaría; antes lo castigan”, afirma el especialista en seguridad.
Dijo que la muerte de los delincuentes es un crimen, y la tarea de la Policía y el Ministerio Público es investigar y dar con los responsables. Es un delito que no puede quedar impune.
Este tipo de actos se tipifican como homicidio calificado, porque hay crueldad y alevosía y en el Código Penal indica que la pena no es menor a 14 años de cárcel.


http://larepublica.pe/impresa/sociedad/706122-justicia-popular-relato-de-un-pueblo-tras-la-muerte-de-dos-delincuentes