jueves, 27 de septiembre de 2012

La construcción de la ciudadanía en los niños


La construcción de la ciudadanía en los niños
Juan M. Ossio Acuña[1]

Por ciudadanía generalmente se entiende los valores y el aparato institucional que sustenta a una colectividad enmarcada dentro de un Estado moderno. En el caso del Perú, este estado sería la República Peruana que se constituyó como tal desde que se independizó del dominio virreinal español. Ingrediente consustancial es su sistema de gobierno de naturaleza democrática, que es amparado por su carta constitucional y por su adhesión a instituciones internacionales que velan por su estabilidad. De aquí se deriva nuestro ordenamiento jurídico y el conjunto de instituciones que permiten la convivencia de todos los miembros que pertenecen a esta colectividad, que se identifica con un territorio demarcado por linderos tangibles reconocidos por consideraciones jurídicas.
A la colectividad enmarcada por el estado político se le llama “nación” y para estimular su cohesión, una preocupación de los que asumieron la responsabilidad de su manejo fue otorgarles símbolos como lo son la bandera, el escudo, la escarapela, el himno y determinadas personalidades que por encarnar valores ejemplares fueron alzados como modelos de peruanidad. Estos últimos son aquellos connacionales que han destacado por acciones heroicas o de otro tipo desarrolladas en diferentes contextos que han alcanzado gran resonancia en el país o fuera de él en el ámbito internacional.
Escenario central del interactuar de esta colectividad es el territorio nacional. Desde el punto de vista del nivel político e institucional se encuentra dividido en distintos segmentos de naturaleza inclusiva que son representados por instancias administrativas cuya autoridad se deriva de la legislación estatal. Después del país, el segmento más amplio es el “Gobierno Regional” construido sobre la base de lo que eran los “Departamentos”. Bajo esta última calificación su principal representante es el “Presidente Regional”. El segmento político debajo de esta unidad derivada del proceso de Descentralización es la “Provincia” y las autoridades equivalentes a las del nivel anterior son los Gobernadores que los hay también para el nivel del “Distrito” y para las circunscripciones por debajo de estas unidades políticas, los “Tenientes-Gobernadores”. De manera paralela a la organización de las Regiones están los “Gobiernos Locales” o Municipalidades que las hay al nivel de la Provincia y el Distrito. La autoridad de esta instancia administrativa es el “Alcalde” y por debajo de los Distritos los “Agentes Municipales”. El Poder Judicial también desarrolló un sistema paralelo de circunscripciones  siendo los Jueces de Paz y los de “Primera Instancia” los correspondientes a los ámbitos más circunscritos.
Dado que todos estos niveles con sus respectivas autoridades son normados por las premisas que rigen al conjunto del Estado Nacional en cada una de ellas se deben reproducir los valores que dan sentido a la ciudadanía peruana. Además de estas instancias el aparato institucional del Estado se proyecta al conjunto de su territorio a través de áreas tales como la seguridad valiéndose de las Fuerzas Armadas y Policiales, la salud, por medio de hospitales y postas nacionales, y la educación por el conjunto de Universidades y colegios de secundaria, primaria e inicial. Similar proyección nacional alcanzan muchos medios de comunicación vinculados con los correos, la telefonía, la radio, la televisión, la internet y otros más.
Gracias a todo ello y especialmente a lo último, el Perú también ha sentido los efectos de la globalización y las distintas sangres que lo conforman se han acercado como nunca antes en nuestra historia. Sin embargo para muchos, la participación en la ciudadanía peruana que podría traducir un elevado grado de integración todavía es lejana. De esta situación dan cuenta los innumerables conflictos sociales que emergen en distintas partes pero  -muy en particular-  allí donde operan algunas industrias extractivas.
En muchos casos, esto se debe a que en medio del acercamiento físico de los peruanos hay todavía muchos que viven en distintos grados de aislamiento y que muchas veces debido a ello la calidad de su conocimiento allende sus localidades es todavía muy precario.
El aislamiento y la carencia de una buena educación son las principales causas de que la participación en la ciudadanía peruana y por ende el grado de integración, sea todavía precario. Ello se traduce en gran medida en la existencia de numerosos conflictos sociales y en la permanencia de ideologías políticas carentes de principios democráticos que han devenido en anacrónicas.
El aislamiento podrá irse superando con una mayor expansión de los medios de comunicación empezando con las redes viales. Asimismo, podrá lograrse instrumentalizando el diálogo para que se entienda que el Estado por sí solo no puede solventar todos los requerimientos para acceder al desarrollo económico y que debe apoyarse en el sector privado. En otras palabras, posibilitando el reconocimiento que las Empresas privadas no son el demonio y que se puede ir de la mano con ellas para implementar dicha expansión de los medios de comunicación, posibilitar un acercamiento institucional allí donde el Estado es lejano y crear oportunidades laborales donde reina la pobreza. Sin embargo, este diálogo será difícil si no se avivan sentimientos de naturaleza plural. Para hacerlo, la educación se constituye en un medio indispensable especialmente cuando, por un lado, enseña a estimar a los valores locales y, por el otro,  a los que se derivan del conjunto nacional e internacional. El sistema educativo más adecuado para este efecto es el bilingüe y bicultural pero adaptado a la reconciliación de los valores locales con los que se derivan del aparato institucional nacional y de los símbolos que la historia ha ido seleccionando.
Como este sistema educativo nos enseña, se trata de un proceso paulatino que primero busca afirmar los valores culturales locales y paralelamente dosifica aquellos que vienen de la esfera nacional, vinculando a los estudiantes a los eslabones que se les acercan. Quizá de estos últimos, por su carácter más integral y su presencia más cercana a los poblados más alejados, los más indicados serían los gobiernos locales. Al fin y al cabo de las instituciones del aparato estatal, ellos son los más próximos a la tarea educativa puesto que velan por el mantenimiento de la infraestructura escolar, apoyan la creación de redes educativas, impulsan el Consejo Participativo Local de Educación, coordinan, ejecutan y evalúan con los gobiernos regionales los programas de alfabetización según las características socio-culturales y lingüísticas de la zona. Organizan la creación de bibliotecas, teatros y talleres de arte y en general fortalecen la identidad cultural y tienen el rol de promover el desarrollo de una ciudadanía democrática.
Gobiernos locales, organizaciones familiares y diferentes entidades públicas y privadas deben ir de la mano a fin de ensanchar paulatinamente los horizontes de nuestros niños, promoviendo el desarrollo de un pensamiento plural que es el único posible si quieren acceder a los valores democráticos de nuestra concepción de ciudadanía.  

[1] Doctor en Antropología, profesor principal de Antropología en la Universidad Católica del Perú. Fue ministro de Cultura. Consejero del Consejo Nacional de Educación.

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